Contexto histórico
Tras la fundación de la USC en 1495, los encargados del proyecto no ven la necesidad de crear residencias que alberguen a los estudiantes para mejorar su rutina de aprendizaje, hasta que siglos después, en 1919, se vuelve a poner el tema sobre la mesa durante un Claustro Universitario, percibiendo la necesidad de más viviendas para los estudiantes debido a la creciente cantidad de alumnos nuevos.
Así, empiezan a planear las construcciones, siendo 5 pabellones principales (4 de ellos para colegios mayores, y otro para labores militares), e intentan reunir los fondos a través del Estado, cuotas de una peseta y donaciones de gallegos emigrados en el extranjero, tarea ardua debido a la situación del país (el reciente Desastre del 98 y la pobreza general de la población). Consiguen su objetivo, y en 1928 comienzan las obras, quedando finalmente en 3 pabellones. El proyecto se pone a cargo del arquitecto Constantino Candeira Pérez, pero lo acaba terminando Jenaro de la Fuente Álvarez.
En 1936 se termina el primero, y su fundación se retrasa a 1941 debido a la Guerra Civil. Éste sería el Colegio Mayor Rodríguez Cadarso (aunque durante la dictadura franquista se le conocía como Colegio Mayor Generalísimo Franco), convirtiéndose en un requisito el tener una vivienda en él para poder acudir a la universidad. Al año siguiente se comienzan las obras del segundo, que se terminaría unos años después como el Colegio Mayor San Clemente. El tercero se demorará un poco más, empezando su construcción en 1953, y terminando en 1964, llamado Colegio Mayor Fonseca.
Los dos primeros sirvieron en un principio como colegios masculinos, y el último como femenino. Sin embargo, en la actualidad, todos son mixtos. Su interior ha ido evolucionando con los años, adaptándose a los tiempos y a las normas sanitarias y sociales exigidas, quedando a día de hoy como unas modernas instalaciones, con numerosas estancias comunitarias y adecuadas para la vida estudiantil.